Acerca de la Responsabilidad.

El camino del peregrino

 


 

        Una de las grandes lecciones que nos pueden enseñar los ángeles es que el mundo es un espejo de nosotros mismos, y que si queremos cambiar el mundo hemos de comenzar cambiándonos a nosotros mismos.

 

 

Nuestra mayor responsabilidad es pues, con nosotros mismos. Pero muy a menudo, nos hundimos los hombres cuando escuchamos la palabra responsabilidad. Creemos que la responsabilidad tiene que ver con algo que tenemos que hacer, cuando en realidad, no deseamos hacer nada. Asociamos la palabra “responsabilidad” a la palabra “deber”.

 

Al ego le molestan las verdaderas responsabilidades, por ello, prefiere las falsas, las que él se inventa para sentirse importante.

 

Cuando algo no funciona como quisiéramos en nuestras vidas, enseguida señalamos con el dedo a los demás. El ego siempre hace la trampa de situar la responsabilidad de nuestros problemas en los demás, porque así, no tiene que tomarse la molestia de solucionarlos.

 

Pero la verdadera responsabilidad es la otra cara de la moneda, la cara de la libertad. No hay verdadera libertad sin responsabilidad, ni responsabilidad sin libertad. Somos responsables de aquello que vemos, de aquello que sentimos, de aquello que oímos, de aquello que vivimos…, pues somos nosotros mismos quienes elegimos lo que vemos, lo que sentimos, lo que oímos, lo que vivimos.

 

En cierto modo, todo lo que nos sucede ya lo hemos pedido y nos ha sido concedido.

 

Ejercicio:

 

Intenta mantener tu mente en blanco.

 

Imagina una luz suave y cálida.

 

Invita al ángel de la Responsabilidad a compartir el calor y la luz contigo.

 

Piensa en aquellas cosas de las cuales no quisiste hacerte responsable y cuya culpa atribuiste a los demás: a las circunstancias, al gobierno, a Dios, a la astrología, a la genética…, etc.

 

Reconoce que tú las creaste y acepta la libertad que produce ser responsable.