Acerca de la sinceridad y la mentira.

El camino del peregrino

 


 

             El poder de la mentira es inmenso: desintegra, pero el poder de la verdad es mayor aún: cohesiona e integra.

 

         Cuando mentimos nos estamos haciendo daño a nosotros mismos a nivel  celular, estamos autodestruyéndonos. Cuando vivimos en la verdad,  estamos cohesionando nuestro cuerpo de luz.

 

La sinceridad es  mucho más que una virtud, es el camino que conduce a la Verdad, y es un camino lleno de atajos que sortea emboscadas y trampas amparándose en la limpieza del corazón. Es un camino de lucidez y de valor.

 

            Entonces  se disuelven los hilos de su capullo, se derrumban los muros a los que el hombre había mirado hasta la fecha y que él llamaba “la verdad”, el pequeño mundo de su yo que sólo era el reflejo de la Verdad.