Rosa es la primavera,
linda como un rosal.
Rosa es la primavera
en acariciaros sin parar.
Rosa es la primavera
que se presenta en vuestra interioridad,
para unida a la luna llena
al cielo echar a volar.
Rosa es la primavera
que sus reflejos puede dejar
en ese corazón que os espera
con ansia el volar.
A esas otras esferas
donde reina la maravillosidad
de un mundo sin penas
donde todo es felicidad.
Rosa es la primavera
con su perfume sin par,
que embriaga os su hierbabuena
las lamas en su interioridad.
Para sentir la llamada de alerta
que del cielo os puede llegar,
para acudir en descubierta
de Aquel que es su Jardinero del Amar.
Jardinero bendito
que sus ramas extiende por todo lugar
para entregar sus aromas benditos
de una dulzura sin par.
Y no para de sus lágrimas
el poder derramar
para regar con ellas
a ese su jardín del amar.
¡Jardinero bendito
acude a tu salvar
de tantas rosas marchitas
como por este mundo caminando van!
¡Dejando un reguero de sangre
por donde pueden pasar,
donde no queda nadie
que amargado no pueda quedar!
¡Jardinero bendito
riega y riega sin cesar,
que tus lágrimas son bálsamo bendito
para los dolores calmar!
¡Y con tu hálito divino
envuélvelas sin cesar,
en esa paz a sus corazones cansinos,
perezosos en el andar!
¡Gracias Jardinero bendito
por ese tu continuo trabajar,
porque tuyo es el destino
de esta pobre humanidad!
Que anda dando gritos
sin saber dónde va,
sólo llenando el camino
de piedras, nada más.
¡Apiádate de este mundo
con esa tu sublime Majestuosidad,
para que renazca de nuevo
y dé un grito de Amor, nada más!
¡Ese es el sentido
de tu vida nada más:
amar sin límite ni medida
porque esa es la fragancia de tu alma sin par!
¡De tan alta estancia
que no se puede igualar,
porque una es su sustancia
unida por siempre al Padre Celestial!