Mis Hijos
¡Qué ternura siente un Padre
cuando sus hijos de él se pueden acordar!
¡Siempre estarán seguros
de su amor sin igual!
Llega la esperanza
unida a la fe,
y sólo queda la amargura
de haberse separado de su Ser.
¿Buscas de nuevo el camino?
¡No lo olvides, ven a mí!
¡… si sabes que soy tu destino
y mi reino es para ti!
Nunca bajes la guardia
de saberte hijo de Dios.
Siempre trata de estar a la altura
de tu linaje de Amor.
Lucha hijo mío
por el reino del Amor,
y no tengas escalofríos
si caes en el dolor.
Estás limpiando tus vestiduras
para ser digno de ti mismo
y del que te creó,
pues sabes que hay que ir muy limpio
por los caminos de Dios.
Hazte digno siempre
de tu Padre Creador
que sólo quiere para sus hijos
todo lo mejor.
A veces, lo más duro que te llega
es lo mejor para ti,
pues te hace fuerte en el camino
que te trae hasta Mí.
Siempre confía y estate alerta
a lo que te pueda llegar,
que si tienes fe en tu Padre..
¡nunca hijo mío, te extraviarás!
Al final de tu camino
ya sabes quién te puede esperar...
¡El que hace tanto siglos te pudo crear!