La Vida es Amor
Claves Espirituales

 

           El amor nos lleva a la cumbre, a la montaña más alta del mundo, a un cielo por nosotros siempre soñado y vivido. El amor nos lleva al Amor, aquel que permaneció adormecido en nuestros sueños más profundos y vivo …  ¡vivo para siempre en nuestra experiencia!.

 

           ¡No hay vida sin amor, ni amor sin vida!

 

          La expresión es ese amor enaltecido, multiplicado y difundido en los millones de universos, en el éter, en la nada y el todo. El Amor existe por sí mismo y existirá desde siempre en la Eternidad. ¿Qué expresión es el tiempo que nos limita? ¡Qué limitación la de la mente! ¡Qué poquedad! Y en todo… la grandeza, de nuevo, del Amor.

 

      ¡Amemos! Es decir, ¡Seamos nosotros mismos! ¡Experimentémonos sin descanso ni límite, sin medida! ¡Expandámonos en los Universos, siendo tan poco… y tanto! ¡Vivamos, que la vida es amor! Y en ese amor, reconozcámonos como ese ser único en el que el Todo se expresa.

 

        Toda creación, toda expresión de vida es única, cada momento, cada experiencia, cada limitación y cada expansión de la conciencia, cada segundo y cada eternidad del Ser. Todo es único e irrepetible, y en todo… el Todo, el Padre experimentándose a Sí mismo en cada ser, dotándole de individualidad sin mermar en un ápice su grandeza, su ser, su parte y todo en el Todo.

 

     Los pensamientos nos abruman y, sin embargo, el regalo del entendimiento y la razón, y el regalo incomparable de la emoción nos brindan la idea -que jamás se expresará fiel a su Ser pero que por un momento roza nuestras manos como una intuición-  del Ser, tan cercano porque está en nosotros y tan lejano en nuestra comprensión. Esa comprensión nos limita pues Él se nos brinda como en un espejismo, como en un sueño... ¡Ambos tan reales!

 

      ¡Contemplemos la Creación desde la cumbre y ella nos dará la libertad!