El Ángel vela nuestros sueños. Sostiene entre sus manos un arpa que hace sonar, corriendo el velo de nuestra conciencia para pasar ese inmenso Universo donde todo flota en espacios infinitos.
Allí podemos ver acontecimientos de nuestro futuro. Él, con suave tacto, mueve el misterio de nuestra percepción, y en esos momentos de la noche en que nuestro cuerpo descansa, nuestro espíritu vela y se acerca al Gran Archivo Universal, en el cual ya todo está hecho y cada pulsación es una revelación de nuestra vida a través de los sueños.
Para que todo ésto suceda, necesitamos la ayuda de este ser de luz: "el Ángel".
En estos estados de la noche, donde somos guiados por Él hacia ese más allá de nuestro espíritu, podemos vivir historias que nos hacen felices o desgraciados. De pronto somos transportados hacia otros planos distintos de la Tierra, donde nos encontramos con personas de nuestra familia que ya partieron y que, ahora, se encuentran con la necesidad de hablarnos. De igual modo, existen otros seres de luz que también están muy elevados y que pueden hablarnos de acontecimientos que van a suceder en nuestro futuro. Para todo esto, hemos sido conducidos por el Ángel.
Antes de dormiros, pedid ayuda a vuestro Ángel, pedid que os de la respuesta a vuestras preguntas y todo consejo necesario para que Él, conducido por Dios, pueda revelaros lo que en ese momento de vuestra vida necesitáis saber. Siempre hay unos datos especiales que recibimos en ese gran mundo de los sueños, en el que estamos sumergidos, y que al despertar interpretaremos perfectamente.