Yo soy la sabiduría del corazón.

         Yo soy Misericordia.

         Yo soy el perdón y la compasión con el corazón íntegro.

         A través de mí experimentáis el Amor de Dios en vosotros, sentís vuestro corazón libre. Estad dispuestos a recibir con el corazón abierto, pues es el regalo divino.

         La Misericordia se percibe con humildad, con el corazón alegre. Convertíos en un cristal que brille desde el interior. Tened valor y confianza en el Amor Divino, en la Presencia Divina, en el alma de la Naturaleza y sentíos unidos con todo, a través de vuestro corazón. Abrid los ojos y mirad allí. La Naturaleza es un regalo para vosotros, en ella encontraréis curación, consuelo y vuestras cansadas almas se refrescarán en ella.

          La Misericordia es para aquel que sea leal en sus afirmaciones, palabras y actos.

         Yo, el Arcángel, aparezco a través de la Misericordia de Dios. Tened seguridad que estaré a vuestro lado y os protegeré con amor.

          La Cruz que os acompaña es la Cruz de la Nueva Era del mundo, que ya no aparece unida al sufrimiento del mundo, sino que representa al Armonía y el Amor Universal en la perfecta conciencia cristiana.