Escenarios de luz
que se presentan a los hombres
para mostrarles la verdad,
para indicarles cuál es el camino
que han de llevar.
Y en ellos está con su libre albedrío
el decidir qué quieren realizar,
si encontrar el sendero de la luz
o el de la oscuridad.
Hombres del mundo
que quieren en sus pasos avanzar,
pero tienen dudas y vacilaciones
porque les atrae lo terrenal.
No se dan cuenta que todo es bello y hermoso
si se sabe con armonía llevar,
si se entiende que todo es generoso
lo que el Padre nos da.
Siempre que no se salgan del camino
que les lleva a un bello destino
donde la armonía ha de reinar,
donde no se comete ningún desatino
contra tus hermanos en el caminar.
Respetuosos con nuestros semejantes.
Respetuosos con el ambiente que nos pueda rodear.
Respetuosos con la vida en todas las extensiones
de su concepto en este mundo terrenal.
Caminos hermosos y bellos
que se enseñaron a la humanidad,
donde todo era un bello ejemplo
de cómo había que caminar.
Mostrando ese bello sendero
de las verdades en su transcurrir,
donde no había otro misterio
que el de saberse comportar
conforme a la vida que nos podía rodear.
Respetuosos con la vida.
Respetuosos en el amar,
teniendo siempre la pureza dentro de uno mismo
como ejemplo mismo al que imitar.
¡Mirad a Cristo
cómo resplandece en su luz,
cómo extiende sus brazos al mundo
y les entrega su virtud!
¡Un amor infinito e inconmensurable
que abarca una completa humanidad,
donde no hay nada rechazable
porque todo es excelsitud en el amar!
Ese es el ejemplo
que hemos de llevar,
caminar por entero
siguiendo sus pasos en el amar.
¿Hay algo más bello
que el ejemplo que Él nos pudo dar?
¿Por qué no pues seguirlo por entero
y entregarnos al amar por amar?
Adelante pues mis hermanos
de este mundo terrenal,
¡Seguid los pasos del Gran Amado
y dejaos conducir por su inmensidad!
No hay nada que quede a un lado
de su inmenso corazón sin par,
luego dejémonos llevar por ese Sol acrisolado
que nos ilumina con una luz tan fuerte
que nunca podremos quedar en la oscuridad.