Resentimientos, que hay que eliminar,
de todos aquellos que lo llevan dentro
de tantos tiempos de atrás.
Es hora de lavar todas las deudas,
todos los rencores, todos los odios
de tantos siglos de humanidad.
Hay que lavar las mentes,
¡Dejarlas limpias!, ¡nítidas,
para que empiecen desde cero
en un nuevo caminar!
Presentimientos, que quedan
afianzados en los corazones
y que les impiden avanzar.
¡Hay tantos que aún están aferrados al pasado
sin querer mirar hacia adelante en su andar…!
Resentimientos, que hay que dejarlos a un lado,
pues pasados fueron ya
y de lo único que hay que preocuparse
es del presente, del ahora, del momento,
de formar una nueva humanidad.
Seamos todos conscientes de ello.
de que cada uno de nosotros
somos un granito, ¡Necesario
para ese nuevo mundo formar!
¡Y que no importa lo que hiciste en el pasado!
¡no importa los errores que cometiste!
¡que lo que importa es lo que hagas a partir de ahora,
de este momento, de este instante
en el que en tu mano está
crear una nueva humanidad!
Hazlo con tu voluntad
en cada momento, en cada día.
¡Pon esa primera semilla
que engendrará otras más!
Así ha de hacerlo cada uno,
cada ser de esta humanidad…
para empezar ese nuevo camino
donde no existe ya marcha atrás
sino un horizonte limpio, hermoso y bello
donde el Sol resplandece,
dando la bienvenida a todos aquellos
que quieren llegar hasta Él.
A todos aquellos que dejaron atrás
la envidia, los rencores, las iras…
y sólo buscan una nueva forma de caminar
en armonía y en paz.
¡Venid todos aquellos
que busquéis un mundo mejor!
¡venid todos aquellos que anheléis un mundo
donde no exista el dolor!
¡Venid todos aquellos
que queráis pasar página del ayer
y buscad ese horizonte hermoso
para un nuevo crecer!
El mundo, nuevo mundo,
está abierto a todas las almas
que tienen ese anhelo interior.
¡Veníos todos a ello y formaremos
un nuevo mundo para el Amor!
No hay nada más hermoso
que vivir en armonía y paz
y sentir la caricia de tu hermano
que te entrega su amor
constantemente en tu ayudar.
“Familia Universal”, diría yo,
que formará la humanidad,
en la que todos nos miraremos como hermanos
y en nuestra mirada… sólo habrá paz.
Pensad por un momento
en este pensamiento que os entrego.
¡Arraigadlo en vuestro mental!
y os daréis cuenta de que es lo único
que anhela vuestra alma,
¡Que no anhela otra cosa más!
El resto son, vanidades del mundo, que como la hojarasca...
se caen en cuanto que el viento un poquito puede soplar.
Mirad bien en vuestros adentros
y comprenderéis que esta es la Gran Verdad.
Formemos pues un mundo nuevo
con nuestra plena y decidida voluntad
porque El Padre nos brinda esta oportunidad hermosa
en estos momentos en que un nuevo ciclo puede comenzar.
¡Adelante pues, hombres de la Tierra!
¡acudid a este llamado que se os puede realizar!
¡y no quedéis ninguno en el ocaso
para que luego no lo tengáis que lamentar!
La oportunidad está abierta para todos,
¡Para una entera humanidad!
¡acudid todos a este llamado
para que vuestra alma, por completo, pueda gozar!