Falsos profetas vendrían a la Tierra para adueñarse de vidas y obras, para absorber a las almas y confundirlas, dirigirlas hacia oscuros caminos de incertidumbre y dolor. Falsos profetas que han sumido a la humanidad en el error de creerse libres siendo esclavos, víctimas de sus propios deseos.
Os advierto de los falsos profetas, os recuerdo que harían lo posible por dominaros, confundiéndoos con sus artimañas. Siguen creyéndose dueños del mundo porque la humanidad aún les reconoce como el gran poder, pero el poder no es más que el del Amor.
¡No concedáis poder a lo que no lo tiene!
¡No permitáis alimentar el deseo de los falsos profetas!
¡No cedáis ante la aparente incertidumbre que os acosa!
¡Sois dueños de vuestro destino! ¡Sois poderosos! ¡Demostradlo constantemente!.
En un mundo en el que todo es apariencia, sobrevolad esa ilusión e id más allá, donde sólo llegan los guerreros valientes; los que todo lo confían al Señor; los que saben que Dios conduce cada paso que se aventuren a dar, siguiendo al impulso de su corazón.
¡Dinero, poder y gloria! a vosotros me dirijo para deciros:
“Ya esta humanidad se cansó de seguiros hacia un abismo de destrucción y esclavitud. Ya tocaron las campanas del Cielo, hablando de libertad y victoria a las almas. Toca a su fin vuestro reinado”.