Fuente de vida es el amor de Cristo
que emana de Él sin cesar
a todas las criaturas de este mundo
y del más allá.
Es su amor maravilloso y pleno,
que constantemente se expande sin cesar,
y no busca sino sólo que reconozcáis en ello
la esencia del Padre Celestial.
Esa misma esencia
que va en cada uno de vosotros.
Esa misma esencia
de la que nacisteis en vuestra alborada genial.
Esa misma esencia
que debéis de encontrar cada uno de vosotros
en la esencia de vuestro propio amar.
¡Caminad pues hermanos de este mundo
siguiendo el ejemplo que Cristo nos pudo dar,
porque es tan hermoso y bello
que difícil es de igualar!
Pero su ejemplo está ahí vivo y presente
para que todos lo podáis seguir
con vuestro ejemplo dar,
y demostrad al mundo que realmente sois fieles
seguidores fervientes de la inmensidad de su amar.
No hay mayor recompensa que le podáis dar
que seguir su ejemplo en el amor entregar,
y en dar de vosotros mismos
a todos nuestros hermanos
esa entrega de armonía y de paz.
Buscad pues hermanos míos
el volar a una mayor altura,
levantándoos por encima de ese suelo material,
y no os aferréis a aquellas galanuras
con que vestís a esas imágenes que podéis formar.
Todo es bello y hermoso
pero más hermoso es el puro amar,
buscando la esencia divina del Padre
en todo cuanto nos rodea
y siendo armonía por completo para los demás.
Buscad pues ese camino superior
para que preparados todos estéis ya
en buscar la Esencia mayor que en todo alienta,
porque todo emana del Padre Celestial.
Ahí encontraréis…
vuestra verdadera felicidad y alegría,
como un océano calmo que siempre estará
dándoos aguas de vida
para superar cualquier dificultad.
Así Cristo estará contento y satisfecho
de ver que os hicisteis mayores en vuestro caminar,
y que dejasteis de ser parvulillos
que sólo buscaban el hecho,
sin preocuparse de su origen celestial.
Elevad pues vuestra mirada a los cielos
y dad gracias cada día al Padre Celestial
por ese amor y armonía
con que riega siempre a la humanidad.
Sed parte vosotros de ella,
y en estas épocas hermosas aún más.
Que sea luz de vida
para daos fuerzas para un mejor caminar.
¡Sea la luz con todos vosotros,
hijos del Cristo del amor!,
que mantiene siempre su manto extendido
para cobijar a una entera humanidad,
no importa su credo, su religión o color.
¡Todos somos sus ovejas,
porque Él es el Mesías de esta humanidad,
que tantas veces ha traído al mundo
ese mensaje sublime de armonía y de paz!
No pongáis pues distancias ni barreras
entre otros que puedan diferente de vosotros pensar,
porque al fin y al cabo todos,
¡todos somos hermanos!,
Hijos del Padre Celestial.