Recogida en unas mazmorras

 

- Me falta el aire. Yo no sé si es en este sitio, porque no hay ningún ventanal o por qué será. Somos muchos para tan poco espacio, aunque no sé cómo será el espacio, porque miles de gentes nos podemos encontrar. ¿Será por la negrura que veo en sus ropajes, en sus rostros…?

¡Cuánto me gustaría salir de aquí!

.- No temáis hermanos, que en cualquier momento saldréis de ahí. Pensar que si estáis todos unidos es porque vais a pasar a una nueva transición en la que encontraréis un mundo nuevo más hermoso y más bello, donde no tendréis ninguna apretura sino que estaréis por completo bañándoos en la luz del Sol.

- Me extraña ver luz en estas mazmorras. Solamente la única luz es la que vemos por las ranuras de las piedras cuando algún vigilante pasa con el candil. ¿Cómo podríamos hacer para poder respirar mejor y hubiera una rendijilla de aire fresco?

.- Yo os digo cómo podéis hacerlo hermanos míos. Poner vuestro pensamiento en Dios, Padre nuestro. Elevar vuestro pensamiento hasta su Amor y pedirle humildemente que os ayude a encontrar esa rendija de refresco, que ya veréis cómo os ayuda para cubriros a todos y daros aire nuevo que renueve la fuerza de vuestro interior. Buscar en vuestro interior la luz de Dios, pidiéndole humildemente que os ayude. ¡Con fervor! Veréis cómo si esa plegaria es nacida del corazón, os llegará la ayuda que necesitáis sin ninguna duda hermanos de mi amor.

- ¿De qué Dios hablas? No conocemos aquí a ningún Dios.

.- Todos nosotros hemos sido creados por Dios, porque nuestro Ser, es espíritu divino que va más allá de lo que es la materia. Tenemos un cuerpo cuando venimos a este mundo, pero también tenemos un alma, un alma que nació de Dios y que es eterna como Dios lo Es. Dios es nuestro Padre muy amado que nos quiere por encima de todo y que sólo desea nuestro bien, y hemos sido nosotros quienes nos hemos alejado de Él y hemos caído en la oscuridad. Por eso es importante que volváis a la Luz, porque allí recobraréis el recuerdo de que sois hijos de Dios-Padre y que os espera un Reino de Luz y de Amor.

- Cuando has mencionado la palabra “Dios”, ha venido un grupo de gente diciendo que por ese Dios, por mencionar la palabra de Dios, los han quemado en la hoguera. ¿Será el humo que puede haber en el entorno lo que no nos deja respirar?

.- No temáis hermanos míos; no temáis pronunciar la palabra Dios, porque esa palabra es la que os abrirá un cauce de luz que os despejará las tinieblas y os hará llegar una nueva vida donde ya no habrá sufrimientos ni padecimientos, sino que sólo será paz y amor.

- Hay una mujer aquí que dice que tus palabras son sabias. Que ya oyó de otros personajes decir lo mismo mientras pasaban por su aldea; y cuando ella quiso seguir los pasos de esos personajes, hubo otros que la quemaron en la hoguera.

.- Ya no son tiempos de persecuciones, ni es tiempo de miedo ni de terror, sino es tiempo de que se alegren vuestros corazones porque es la oportunidad de que encontréis la luz del Sol. Ya no tenéis las limitaciones de la materia, que el cuerpo ya atrás quedó; ahora ya sólo tenéis que volver al hogar verdadero, al Corazón de nuestro Padre Amor. Acudir pues contentos. ¡Poner en Él vuestro pensamiento y vuestro amor y veréis cómo se hace en vosotros el esclarecimiento para que encontréis esa paz interior!

- Catalina, dice que se llama. Catalina. A lo mejor esta Catalina, aquí dentro, algo nos puede enseñar, porque si ella aprendió de otros personajes que encontró en el camino… ¡Aquí todos somos personajes!. Eso decían en mi aldea: “¡Qué personaje eres!”… pero tan malo no me podía sentir. Era un poco travieso, si se le llama travieso el robar gallinas para comer… y así fui metido en la mazmorra, por coger lo que no era mío, pero el hambre no tiene ojos, tiene boca.

.- Esos tiempos ya quedaron atrás y ahora es el momento de que miréis hacia adelante, hacia esa nueva vida que presentándoseos está. Tenéis que daros cuenta de que la materia ya quedó en la Tierra; que ya vuestro espíritu, vuestra alma es libre para volar a unos cielos superiores donde quedará atrás toda aquella tristeza y todo aquel dolor. ¡Buscar en vuestro interior! ¡Pedir perdón al Padre por aquellos que fueron vuestros errores y perdonar también a aquellos que a vosotros os hicieron mal! Esa será la forma de liberar las cadenas de este mundo y que se abran esas celdas para que podáis salir todos a la luz del Sol.

- Hay muchos que están dormidos. Parece que están muertos. ¿Y qué quieres?... ¿que yo les hable?...

.- ¡Sí, llámales! ¡llámales a todos! ¡diles que vienen a buscaros!, ¡que vienen a ofreceros la luz!, ¡que vienen a que veáis ese hermoso campo grande y bello, donde está regado por la luz del Sol…!, ¡llámales a todos y diles que despierten, que es la hora de partir a un nuevo rumbo donde van a encontrar la alegría y la felicidad!

- Y si salimos de aquí… ¿Volveremos a nuestras aldeas? Nada tenemos que llevarnos a la boca, que si aquí nos dan un plato de algo que lo llaman comida…

.- No os preocupéis, porque vuestras necesidades serán satisfechas. El hambre quedará a un lado como cualquier otra necesidad, y encontraréis la paz y la abundancia de todo lo que necesitéis para ser felices en vuestro caminar.

- Son muchos tiempos aquí metidos. La frialdad de los muros creo me ha llegado a los pulmones. No sé si casi quedarme dormido y no me pudiera levantar, no me pudiera despertar…

.- ¡No es la hora de dormir!, sino que es la hora de despertar y ver que esos encierros los dejasteis atrás y que vosotros tenéis en vuestra mano la posibilidad de alcanzar la libertad. ¡Pedid ayuda al Padre! ¡pedid que se despejen vuestros sentidos para que encontréis vuestra verdadera realidad, y es que encontréis un camino nuevo y hermoso en plena libertad! ¡No durmáis, sino despertar, que es la hora de emprender ese camino para vuestra verdadera felicidad!

- Aquí hay un hombre, que en verdad, se le ve luz; la luz que a lo mejor es la que tú puedes decir, y va vestido de blanco y con la luz nos ilumina, pero ha dicho que antes de salir, que podemos dormir un poquito, porque nos quiere tener dormidos para podernos depurar. Que nos va a tener… unos momentos, para darnos fuerzas para poder caminar. Y nos habla de tu Dios, y nos dice que después de despertar, que sentiremos una energía hermosa dentro de nosotros, que es la energía de Dios para poderle acompañar.

Permitidme unos momentos…

…han sido unos momentos de relajación, de energía que ha vibrado dentro de nosotros. ¿Qué será esto, que hasta vemos las mazmorras con luz? Hay algunos que no se han despertado, pero somos muchos los que podemos acompañar a este señor que nos dice que vayamos detrás de él, y él nos mira sonriente como dándoos las gracias y nos dice: “¡Seguidme!, ¡seguidme que ahora otros hermanos os podrán acompañar!”

.- ¡Seguirle! ¡seguirle hermanos, que Él os llevará a buen puerto, donde todos podréis encontrar la paz! y llevar con vosotros nuestro amor.

- Gracias, gracias por enseñarnos la luz y gracias a estos hermanos que nos pueden acompañar. No dejar en olvido a aquellos que dormidos pueden estar.