Estoy acompañada del Maestro. Viene un gran río de almas. Estamos esperando a que pasen.
Hay un ser de Luz que dirige el camino, trayendo a miles y miles y miles de niños. Son niños pequeñitos que no llegan a los tres años, y algunos vienen acompañados también por sus mamas.
Este hermano de luz es silencioso. Nos presenta un guía, es el guía de todos los niños que le pueden acompañar. Son los cientos y miles de niños que día a día caen de hambre, sed y sufrimiento en África.
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- Soy el guía de los niños y me han dicho que a este “Puesto de Socorro” debo de llegar, que aquí habrá unos hermanos que nos puedan entregar la luz para poder ir a otro lugar. ¿Sois vosotros los hermanos que nos podéis dar la luz?
.- Hermano querido, aquí estamos en el nombre de Cristo para ayudar a todo aquel que llega a este puesto de socorro. Hermosa misión es la que llevas, conduciendo a tantos niños que han sufrido en el mundo, y es el momento de que recibas esa luz, es el momento de que todos paséis a un plano superior en el cual encontréis la armonía y la paz para seguir adelante en el camino.
- ¡Oh hermano!... yo no debo de ir con ellos, sólo vengo en poderlos acompañar. Yo pedí ser guía y quedarme en este entorno para ir recogiendo a todos los niños que vayan falleciendo, y unirlos todos juntos para traerlos a esta plataforma de luz, que sois los intermediarios de la unión con los hermanos de luz, donde los puedan llevar a otro lugar para emancipar. Yo he de quedarme en este lugar, para ir recogiendo a todos los que puedan caer.
.- Pues muy hermosa es tu misión hermano, y gracias te damos por esa labor tan hermosa para con todos aquellos que van cayendo. En estos momentos ponemos nuestro pensamiento en nuestro Padre-Amor, y lo elevamos a Cristo, nuestro Maestro, para suplicarle que la luz llegue a todos estos niños, y las barcas amadas lleguen a buscarles para transportarles a ese nuevo lugar de amor y puedan continuar su camino. Quédate pues contento y tranquilo hermano nuestro, que las barcas del Señor ya llegan para su transportar, y puedan continuar en ese su progreso y evolución en el mundo espiritual.
- Llevo muchos años recogiendo almas, porque así fue mi petición en los arcanos del Señor. Sé que han venido muchos hermanos como vosotros, o quizá vosotros en otros tiempos habéis podido llegar, pero sabed que continuamente están cayendo -por decir cayendo-, por ir desencarnando. Pero es gozosa mi labor, porque todos son niños, y los niños son la bendición del Señor. Son almas de querubines, son niños alados que han venido a la Tierra; han venido a esta humanidad a saldar, a poder progresar en su evolución. Que cuando las almas se van, habiendo sabido llegar a un trabajo encomendado, es beneficioso para su materia. Igualmente, la recogida de todos los niños, no será la última, porque como sabéis, la humanidad es grande y este continente es grande y hay mucha población.
.- Pues aquí estamos para ayudarte cada vez que lo necesites, y nosotros siempre con el permiso de nuestro Maestro, vendremos a colaborar en todo lo que podamos para ayudarte en el trabajo de recoger a tantos hermanos, tantos niños que están cayendo.
- Os doy las gracias a vosotros, hermanos, porque sois la plataforma de la luz, y doy las gracias a los hermanos de la luz que también nos acompañan porque sin vosotros, no se podría efectuar el trabajo. Pero es una cadena de aconteceres, es una cadena de luces de amor, y simplemente vengo a ofreceros mi luz, para que sepáis que hay almas en estos lugares, porque así se lo ofrecimos a nuestro Señor.
.- Quede contigo nuestro amor y agradecimiento por esta hermosa labor que haces.
- No sintáis pesares porque son niños. Simplemente por ser niños, están gozosos de amor, porque el Señor les espera para darles su bendición.