- Aquí estamos en espera…
Os dedicáis a otros menesteres que puede que sean importantes también, pero aquí estamos algunos que olvidados nos podemos encontrar. Ya no os acordáis de nosotros…
Estoy esperando… ¿Nadie me puede contestar?
.- ¿Qué necesitáis hermanos nuestros? Que no estáis solos, ni lo estáis nunca jamás, porque siempre hay muchos hermanos que a vuestros lados están para aquello que podáis necesitar.
- Sí, pero llevamos mucho tiempo esperando, porque nos dijeron que esto era un centro donde la luz se podía encontrar. Esperamos y esperamos, y vemos, que os dedicáis a otro trabajar, y no os dais cuenta, que nosotros también estamos esperando.
.- Pues aquí estamos para serviros, porque esa es nuestra principal misión: el ayudar a todo necesitado, que es lo que da gozo a nuestro corazón. Luego aquí estamos hermanos nuestros, para lo que os podamos el ayudar, que es elevaros a los cielos que abiertos están para vosotros, por una eternidad.
- El tiempo no pasa en esta oscuridad. El caso es que todo está oscuro y ¡Podemos ver con claridad!
Aquí no existe el tiempo; muchos años pueden pasar, y aún así, es como si hubiera ocurrido ahora mismo.
.- Pues hora es de que comprendáis que la vida es eterna, que no termina jamás, y que vosotros habéis cambiado de plano y ya dejasteis la vida material. Los cuerpos quedaron a un lado pero no así vuestra alma inmortal, que anhela volver a Dios, que es su Padre, de donde su luz pudo emanar. Luego abrir vuestro corazón a esa comprensión de saber que todos sois hijos de Dios, y que la luz os está esperando para acogeros como a un hijo muy amado que encuentre el hogar de donde partió.
- Somos miles de personas, que en el mismo sitio que sucedió nos podemos encontrar, porque no es que nosotros nos quisiéramos quedar, sino que las gentes con su pensamiento, nos tienen en su pensamiento y nos tienen enclavados en el lugar.
¡Os pedimos ayuda! Dejadnos libertad, para ir allá donde nos pida nuestro corazón; allá donde la luz nos pueda llevar ¡Si sabéis de qué hablamos!, hablamos de todos los que pudimos caer en las torres y estamos aprisionados en los pensamientos de las gentes, de tener perpetuidad, y enclavado el sitio donde pudo pasar. Mentes cerradas, recuerdos perennes que hacen daño a las almas que anhelamos libertad.
.- Pues en estos momentos, unimos nuestro pensamiento al de Cristo, Mesías y Salvador, para que lleguen nuestros pensamientos unidos a todos aquellos que os retienen con sus mentes y no os dejan volar. Para que liberen esos pensamientos; para que los dejen traspasar y quede atrás el pasado para una nueva forma de caminar. Queremos llegar con nuestros pensamientos a ellos en estos instantes en el nombre de nuestro Mesías y Salvador de la humanidad, y ¡quedad liberados hermanos nuestros, de esos pensamientos que os atrapaban a este mundo terrenal!
En el nombre de Cristo os llamamos en estos instantes para que liberados podáis ser, y emprender ese nuevo camino hacia la Luz que os llene vuestra alma de consuelo, de paz y de libertad.
- Gracias, gracias porque vemos un camino de luz y por el que ya nos dicen que nos pueden guiar. Benditos seáis, por darnos esta libertad.
.- Tomar ese camino hermanos, que de luz se os puede presentar, porque ése os llevará a ese remanso de paz que tanto podíais anhelar, para continuar en esa vuestra vida eterna, que eterna es; con otros pasajes más bellos, más hermosos por donde vuestra alma caminará.
- Gracias.
.- Que vaya nuestro amor con vosotros, con todos vosotros. El amor de hermanos, ¡Que somos todos hijos de Dios, formando un camino unido siguiendo la estela de luz de Cristo, nuestro Mesías y Pastor!